La magia de la música: POR FIN VOY A VERLOS
Esta noche han puesto en la tele "Cero en Conducta", que no es sino el desacertado título que se le ha dado en España a "Detroit Rock City", una película genial. Genial no por que tenga ningun trasfondo intelectual, ni por ser cine de autor, ni por ningún tipo de efecto digital revolucionario. DRC es una peli de adolescentes y para adolescentes. Al menos, para quien alguna vez lo fue. Quien no lo fue (y hay muchos que cumplieron décadas sin haberlo sido nunca) no le verá ninguna gracia; le comprendo. DRC, al menos para mí, apela a unos sentimientos tan primarios como hermosamente endorfínicos.
Se trata, llanamente, de las peripecias que unos chavales de 16 años, habitantes de EEUU y de 1978, tienen que lidiar para conseguir ver a su grupo favorito, que en este caso no son otros que los estrambóticos y efectivos KISS (autores, asímismo, de una canción con el mismo título del filme).
Lo de menos es la música. La banda sonora está muy bien para mi gusto, pero con eso se llega al oído; para llegar al alma hace falta que esos temas tengan un significado, una vida propia y unas asociaciones para ti y para tu existencia. Además, alguien que discrepase en esas preferencias musicales también podría pillar el sentido profundo de la cinta. Lo que a mí verdaderamente me importa, lo que se me antoja sabroso y filosófico, es esa LUJURIA, esa PASIÓN, esa ILUSIÓN enfebrecida por ver a tu grupo favorito; ese enamoramiento de la música y de lo que te hace sentir, ese empecinamiento de "me-importa-una-mierda-qué-pase-después-de-ese-momento-porque-ahora-mismo-no-tengo-más-meta-en-la-vida-que-MI-concierto"... Dios, hay que ser muy adolescente y muy pasional para sentirse así... pero os aseguro que hay pocas sensaciones mejores en esta vida.
Yo también tuve mi propio cuento mágico de guitarras eléctricas. Por tres veces, nada menos. Tres noches y tres experiencias vitales que jamás olvidaré.
La primera. Primavera de1997. Aún tenía 15 años. Peinadito a raya. Segundo de BUP estaba siendo un año muy deprimente, depresivo y represivo para mí. DEF CON DOS eran una de las pocas cosas que me ayudaban a levantarme por la mañana en medio de una vida que odiaba y que carecía de sentido para mí. Y vinieron a mi ciudad. Tardaron un mes más de la cuenta por culpa de una huelga (a raíz de la cual me quedó un irracional resquemor hacia los camioneros durante una temporada), pero llegó la noche. Era mi primer concierto de pago. Mi segunda camiseta de un grupo. Iba con mis amigos de la pandilla. Éramos un pequeño "comando de apoyo" (el término "club de fans" no pega con este grupo), sin nombre ni inscripción oficial, pero con toda la pasión que dan aquellos años...
Me recuerdo fuera de mí. La auténtica catársis. El pandemonium. La alquimia pura. Os juro, paseantes, que nadie en aquella discoteca saltaba tanto ni tan endemoniadamente como yo. Acabamos cantando por el micro, bailando con ellos sobre el escenario y haciendo un mosh de los de manual. Me estuvieron zumbando los oídos tres días. Fue un oasis en medio de aquella asquerosa existencia. Después la vida en general mejoró para mí pero ¡¡Dios, qué feliz fui aquella noche!! Nadie se lo imagina...
La segunda. Invierno de 2003. A mis 21. Imponentes melenas. La Polla (Records) volvían de gira por la provincia. Se intuía que iba a ser la última. Hacía apenas unos días que habíamos visto Detroit Rock City. Dos amigas de la pandilla qurían ir a verlos. Yo me moría de ganas; no sería la primera vez, pero me ilusionaba la llegada de la fecha. Montamos una pequeña excursión hasta el pueblo del concierto. Allí ya fue el acabose. Disfruté como un cerdo en la mierda. Bailé más que mis amigas y prácticamente me di de ostias con prácticamente toda la sala. Llevaba dos camisetas del grupo puestas. Estaba como loco. Como un loco feliz. Cuando volvimos a la ciudad al acabar el concierto, nos corrimos una juerga como Dios manda. ¡Hasta nos hicimos fotos! Una vivencia maravillosa...
La tercera. Finales de 2006. 25 ya. Rapado al 1.Doctor Deseo. Uno de los descubrimientos de mi vida en un punto en el que me hacían mucha falta. Dos años esperando para verlos. Me volvía a sentir como el quinceañero de diez años atrás. Tuve la entrada desde 1 mes antes. Jamás me anticipé tanto a un concierto. Fui yo solo. Perdí la noción del tiempo. Canté y bailé como el poseso que soy, compartí charla y cerveza con los miembros del grupo y me "declaré" a ellos (artísticamente hablando). Apenas recuerdo como volví a casa. No tengo palabras para puntuar la noche...
Dios... Def Con Dos-La Polla-Doctor Deseo. Sarcasmo-Ira-Ensoñación.Voy al revés del mundo.
En fin, esos tres grupos son tres regalos que la vida me ha dado, y sus conciertos también. Los amigos y amigas que me acompañaron en aquellas aventuras ya no escuchan a estos grupos. Yo sigo haciéndolo. Por ellos y por mí. Cada banda llegó en un momento especial de mi vida en que hicieron ver y sentir cosas. Cada una me sigue sirviendo para lo mismo. Por eso no tengo miedo de envejecer. Porque no pierdo aquello que me hace ser más yo, más auténtico.
Que nunca me falte esa loca pasión por mis grupos de cabecera. Me hacen sentir vivo. Me hacen feliz.
..................................
Iba a pegar la letra de la canción que terminé de escribir segundos antes de salir para el concierto de Doctor Deseo, pero ha resultado no estar en este ordenador.
Queda para otro día
P.d.: Sí, se titula POR FIN VOY A VERLOS
Se trata, llanamente, de las peripecias que unos chavales de 16 años, habitantes de EEUU y de 1978, tienen que lidiar para conseguir ver a su grupo favorito, que en este caso no son otros que los estrambóticos y efectivos KISS (autores, asímismo, de una canción con el mismo título del filme).
Lo de menos es la música. La banda sonora está muy bien para mi gusto, pero con eso se llega al oído; para llegar al alma hace falta que esos temas tengan un significado, una vida propia y unas asociaciones para ti y para tu existencia. Además, alguien que discrepase en esas preferencias musicales también podría pillar el sentido profundo de la cinta. Lo que a mí verdaderamente me importa, lo que se me antoja sabroso y filosófico, es esa LUJURIA, esa PASIÓN, esa ILUSIÓN enfebrecida por ver a tu grupo favorito; ese enamoramiento de la música y de lo que te hace sentir, ese empecinamiento de "me-importa-una-mierda-qué-pase-después-de-ese-momento-porque-ahora-mismo-no-tengo-más-meta-en-la-vida-que-MI-concierto"... Dios, hay que ser muy adolescente y muy pasional para sentirse así... pero os aseguro que hay pocas sensaciones mejores en esta vida.
Yo también tuve mi propio cuento mágico de guitarras eléctricas. Por tres veces, nada menos. Tres noches y tres experiencias vitales que jamás olvidaré.
La primera. Primavera de1997. Aún tenía 15 años. Peinadito a raya. Segundo de BUP estaba siendo un año muy deprimente, depresivo y represivo para mí. DEF CON DOS eran una de las pocas cosas que me ayudaban a levantarme por la mañana en medio de una vida que odiaba y que carecía de sentido para mí. Y vinieron a mi ciudad. Tardaron un mes más de la cuenta por culpa de una huelga (a raíz de la cual me quedó un irracional resquemor hacia los camioneros durante una temporada), pero llegó la noche. Era mi primer concierto de pago. Mi segunda camiseta de un grupo. Iba con mis amigos de la pandilla. Éramos un pequeño "comando de apoyo" (el término "club de fans" no pega con este grupo), sin nombre ni inscripción oficial, pero con toda la pasión que dan aquellos años...
Me recuerdo fuera de mí. La auténtica catársis. El pandemonium. La alquimia pura. Os juro, paseantes, que nadie en aquella discoteca saltaba tanto ni tan endemoniadamente como yo. Acabamos cantando por el micro, bailando con ellos sobre el escenario y haciendo un mosh de los de manual. Me estuvieron zumbando los oídos tres días. Fue un oasis en medio de aquella asquerosa existencia. Después la vida en general mejoró para mí pero ¡¡Dios, qué feliz fui aquella noche!! Nadie se lo imagina...
La segunda. Invierno de 2003. A mis 21. Imponentes melenas. La Polla (Records) volvían de gira por la provincia. Se intuía que iba a ser la última. Hacía apenas unos días que habíamos visto Detroit Rock City. Dos amigas de la pandilla qurían ir a verlos. Yo me moría de ganas; no sería la primera vez, pero me ilusionaba la llegada de la fecha. Montamos una pequeña excursión hasta el pueblo del concierto. Allí ya fue el acabose. Disfruté como un cerdo en la mierda. Bailé más que mis amigas y prácticamente me di de ostias con prácticamente toda la sala. Llevaba dos camisetas del grupo puestas. Estaba como loco. Como un loco feliz. Cuando volvimos a la ciudad al acabar el concierto, nos corrimos una juerga como Dios manda. ¡Hasta nos hicimos fotos! Una vivencia maravillosa...
La tercera. Finales de 2006. 25 ya. Rapado al 1.Doctor Deseo. Uno de los descubrimientos de mi vida en un punto en el que me hacían mucha falta. Dos años esperando para verlos. Me volvía a sentir como el quinceañero de diez años atrás. Tuve la entrada desde 1 mes antes. Jamás me anticipé tanto a un concierto. Fui yo solo. Perdí la noción del tiempo. Canté y bailé como el poseso que soy, compartí charla y cerveza con los miembros del grupo y me "declaré" a ellos (artísticamente hablando). Apenas recuerdo como volví a casa. No tengo palabras para puntuar la noche...
Dios... Def Con Dos-La Polla-Doctor Deseo. Sarcasmo-Ira-Ensoñación.Voy al revés del mundo.
En fin, esos tres grupos son tres regalos que la vida me ha dado, y sus conciertos también. Los amigos y amigas que me acompañaron en aquellas aventuras ya no escuchan a estos grupos. Yo sigo haciéndolo. Por ellos y por mí. Cada banda llegó en un momento especial de mi vida en que hicieron ver y sentir cosas. Cada una me sigue sirviendo para lo mismo. Por eso no tengo miedo de envejecer. Porque no pierdo aquello que me hace ser más yo, más auténtico.
Que nunca me falte esa loca pasión por mis grupos de cabecera. Me hacen sentir vivo. Me hacen feliz.
..................................
Iba a pegar la letra de la canción que terminé de escribir segundos antes de salir para el concierto de Doctor Deseo, pero ha resultado no estar en este ordenador.
Queda para otro día
P.d.: Sí, se titula POR FIN VOY A VERLOS
1 Comments:
Da gusto ver cómo se te llena la cabeza de ensoñaciones cuando hablas de música, compañero. Yo me identifico plenamente, algunos conciertos te cambian por dentro.
Post a Comment
<< Home